Add parallel Print Page Options

20 »Hace mucho tiempo rompiste tu yugo
    y te quitaste las cadenas que te ataban a mí.
Dijiste que ya no me servirías
    y como una prostituta te tendiste
    en cada colina y bajo cada árbol frondoso.
21 Pero yo te planté como una vid seleccionada,
    toda ella de la mejor semilla.
¿Cómo es que te degeneraste tanto
    que ante mi te has convertido en una vid extraña?
22 Aunque te bañes con lejía y mucho jabón,
    para mí seguirás manchada por tus pecados.
    Lo dice el Señor DIOS.

Read full chapter